Cualquiera de las lomas que bordean nuestro laborioso municipio representa
un pulmón para todos y todas navarretenses. Habría que pensar ¿Qué pasará cuando
la naturaleza de manera espontánea y por esos difíciles momentos que tiene se
desborde sobre nuestro pueblo? Bueno, sencillamente nos arroparía la desgracia
total.
Cuando se estremece el alma.
Los sentimientos
de bienestar social y el amor a la salud colectiva del pueblo hacen que
brotemos espesas lágrimas cuando observamos panorama como el que nos presenta
esta oportuna foto. No será, quizas, a esta generación que este crimen ecológico
cause daños severos, pero sí a las próximas generaciones.
Estamos a tiempo para frenar este tipo de agresión a la naturaleza, estamos
a tiempo para frenar estos abusos en contra de la humanidad, estamos a tiempo
para despertar y dar un paso al frente, estamos a tiempo para decir podemos
frenar este desastre.
El pueblo se ha adormecido por unos cuantos empleos que generan los
granceros, las voces han callado porque los dueños del pueblo tienen
inversiones y hay que protegérselas porque ellos son los que dan de comer a las
personas que residimos en este amado pueblo.
Cuantas mentiras, cuantos engaños, cuantos embaucamientos, cuanta inocencia
en nuestra humilde gente de a pie, cuando dolor ver tan conforme a los hijos de
machepa, cuanto dolor al ver que tenemos el poder en las manos y no sabemos
emplearlo ni hacer prevalecer nuestra dignidad como ciudadano de este pueblo
sufrido y mil veces agredido.
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