La guerra entre Rusia y Ucrania, es como decía Gabriel García Márquez “Crónica de una muerte anunciada” para tener ideas aproximadas de las causas de este peligroso conflicto debemos ir tan lejos como lo hizo, en su insólita declaración, Vladímir Putin, que responsabilizó a Vladímir Ilich Uliánov (Lenin), de todo y cuanto está pasando en Rusia y en las ex Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Lenin, decía “una mentira dicha con bastante frecuencia se convierte en verdad” Yo, diría se convierte en verdad relativa. Eso está pasando en la Rusia. Cuando al presidente de la Federación de Rusia, le urge meter miedo a sus adversarios, dice, que fue formado en la ex URSS, específicamente en la KGB. Recientemente escuché y miré en las redes sociales una entrevista hecha a Putin, en la zona de Sebastopol y Crimea. Un ciudadano le dice usted haría lo mismo que hizo Viktor Yanukóvicv, si se siente acorralado porque ese nos traicionó en el momento en que lo tenían rodeado, Putin, respondió:
No me atrevería a considerar aquello como una traición, fueron circunstancias muy difíciles, pero en cuanto a mi deben saber que me formé en la ex URSS, específicamente en la KGB y en ese mecanismo nos inculcaban valores patrios. Fueron más o menos las palabras que usó para responder la sabia pregunta del espectador. Si Putin, usas esos argumentos podemos decir que, no todo fue malo en el sistema socialista soviético, aunque no todo haya sido bueno. Lo que quiero destacar es que, cuando él (Putin), necesita el lado bueno de la ex URSS, lo usa, pero en la menor oportunidad que tiene y que puede atacar el sistema socialista lo hace ferozmente como lo hizo con Lenin, en el discurso donde autorizó la entrada del ejército ruso en Ucrania.
Entremos en valoraciones profundo acerca de las causas y el conflicto armado entre estas dos naciones hermanas. Para Tener mayor precisión en el enfoque debemos remontarnos a 1991 momento en que colapsó el llamado socialismo soviético o socialismo del siglo XX. En ese instante el sector guerrerista y expansionista de la Unión Europea y los Estados Unidos de América, inician los arreglos para crear políticas tendentes a influir en el espació de la Europa del este, zona considerada de influencia del ex Bloque soviético.
Hace 12 años participé en un seminario sobre geopolítica mundial realizado por el Circulo de Estadio e Investigación del que fui coordinador. En ese seminario establecí, luego de una amplia exposición acerca de los países del este europeo que, la puesta en ejecución de la estrategia geopolítica del bloque económico, político, social, cultural, comercial y militar occidental traería graves problemas en aquel momento, magnitud, imprevisibles.
¿En qué consistió la
estrategia geopolítica de occidente EE. UU-UE, de aquellos días y de los días
actuales? Puedo describirlo de la forma siguiente:
Esta perversa estrategia fue
dictada y puesta en práctica para intentar persuadir, convencer, inducir a los
pueblos de las ex Repúblicas Socialistas Soviéticas, para que abandonaran el
entorno del nuevo Estado ruso o la nueva federación de países que surgió luego
del colapso de la URSS. El nuevo bloque de naciones en el de Europa y parte de
Asia, es la Federación de Rusia, gobernada por el presidente Vladímir Putin. Es
muy sencillo explicarlo, aunque, muy delicada su expresión.
En ese tipo de estrategia (Geopolítica de la
UE y los EE. UU), está el origen de los conflictos, no solo entre Rusia y
Ucrania, sino, entre decenas de países de Asia, Europa y Eurasia. Es en estas
perversas estrategias geopolíticas y geoestratégicas donde radica, donde está
la causa mayor de esta guerra y no en la política sobre las naciones de Lenin.
Esto debemos demostrarlo para que el mundo no sea arreado como corderito o chivos sin ley a un callejón sin salida respecto a las ideologías que, aun, perviven en cada expresión social y política de los trabajadores y de los pueblos oprimidos en el mundo. En 1988 en la República Socialista de Birmania, se produjeron enormes levantamientos sociales (agosto 8 de 1988), a esos levantamientos variopinto se le llamó “levantamiento 8888” acorde a los protestantes las causas de estos disturbios fueron la corrupción y las malas políticas económicas.
Esta expresión social
consistió en grandes concentraciones en plazas y avenidas, resultado
declaración de desobediencia civil y posterior renuncia del gobierno (Ne Win),
quien encabezó el orden socialista de esa República. Podríamos argumentar
acerca de ¿Qué relación tiene el conflicto entre Rusia y Ucrania, con los
hechos ocurridos en Myanmar en 1988? bueno, mucha relación, ya lo iremos
conociendo porque es la génesis de la idea que más daños ha causado al mundo en
los últimos 29 años.
Entre 1962 y 1974 los socialistas que detentaban el poder en Birmania (Myanmar), desarrollaron un sistema de economía planificada (centralizada), al estilo soviético. Una famosa revista de difusión de análisis políticos expresó que la fusión del socialismo soviético con tendencias extremistas religiosas era “una amalgama ilógica entre el budismo y marxismo” estas políticas unidas al prolongado mandato de Ne Win, presidente socialista de Birmania, creó un fuerte descontento social y político que desencadenó en las multitudinarias protestas más arribas señaladas.
Aún, no percibimos conexiones entre aquella realidad y el momento vivido por las dos naciones eslavas, pero, veamos ahora como se conectan estas dos realidades. Gene Sharp, un aventajado cientista estadounidense escribe en 1993 el libro «De la dictadura a la democracia» en este plasmó la experiencia de las multitudinarias manifestaciones sociales desarrolladas en Birmania y que finalmente culminaron con la dimisión del presidente socialista Maung Shu Mang (Ne Win).
Tácticamente, el habilidoso politólogo logró redactar, inteligentemente, un material a través del cual potenció a categoría politica pacifica las violentas manifestaciones producidas en Myanmar. Estos movimientos ocuparon todas las plazas públicas y las grandes avenidas, desafiando el poder de los militares y la burocracia estatal. Gene Sharp, describe en su libro los 92 pasos necesarios para derrocar dictaduras y retornar la democracia al estilo occidental. Este libelo constituyó la base fundamental que sirvió de soporte a la geopolítica de occidente para el desarrollo de los movimientos, entre comillas, pacíficos en la Europa del este.
Las llamadas revoluciones de colores que se
produjeron en las Repúblicas ex soviéticas en el este europeo fueron inspiradas
en la táctica de los golpes blandos de Gene Sharp. Esas revoluciones tenían
como estrategia derrocar todos los gobiernos democráticos surgidos despues del
colapso de la ex URSS y otros gobiernos que aún batallaban por el mantenimiento
del orden que conocimos como el socialismo soviético, también, los miamenses
llamaron socialismo de Myanmar. Detrás de estas revoluciones estaba el poder de
los EE. UU y la Unión Europea, bajo la protección de su brazo militar Tratado
del Atlántico Norte (OTAN).
El libro “de la Dictadura a la Democracia” de Gene
Sharp, fue la concreción, a través de la herramienta escrita de la estrategia
geopolítica pensada, diseñada, organizada, financiada y ejecutada por los EE.
UU y la UE, para ser puesta en práctica en las Repúblicas que pertenecieron al
bloque soviético con la intención de rodear a Rusia y en el menor de los casos
atacar a Moscú. Ese perverso libro, esa perversa estrategia geopolítica fueron
inspiradas en los movimientos producidos en Myanmar, entre 1974 y 1988,
fundamentalmente en este último año.
En 1993 Gene Sharp, investiga, estudia y escribe
“De la dictadura a la democracia” además de estas manifestaciones el avezado
politólogo estadounidense navega en los acontecimientos del mayo francés
(1968), y en las manifestaciones que dieron con el derrocamiento y magnicidio
de Salvador Allende en Chile, en 1973. Estamos hablando de un material que se
consolidó como primordial para la estrategia geopolítica y geoestratégica de
occidente a partir de todas esas experiencias.
Si no incursionamos, seriamente, en el oscuro mapa político
de las revoluciones de colores nunca, jamás, entenderemos lo que ocurre hoy en
Ucrania y Rusia. Vladímir Putin, echa rayos y centellas en contra de Lenin,
porque cree que no hay en el mundo revolucionarios capaces de demostrar que los
responsables directos de esta situación no son los iniciadores de la primera
revolución socialista del mundo, la revolución de octubre de 1917. Desde mi
óptica politica los mayores responsables de esta guerra están en occidente y
los culpables en el escalón siguiente estan en el Kremlin, demostraré del
porqué de esta afirmación.
Las revoluciones de colores, fueron movimientos de
protestas que se desarrollaron en casi todos los países que integraron el
bloque económico, político, social, cultural, ecológico y militar soviético. Al
momento de colapsar esta gigantesca infra y superestructuras socialistas, las
naciones, históricamente enemigas de Rusia, pasaron a dominar la esfera (un
mundo unipolar), entendieron que, el resquebrajo de Rusia, sería pasajero y,
que volvería a sus andanzas geopolíticas y geoestratégicas.
Es a partir de este momento que occidente decide incursionar en los países de la Europa del este, conocidos como países de gran influencia rusa debido al dominio de esta zona que tenían los bolcheviques. Para materializar su estrategia geopolítica activan todas las herramientas (ONG, servicios de inteligencias, fundaciones como la de George Soros y todos los millones del mundo), a través de esta ofensiva logran confundir, enrolar una parte de la juventud y pequeña burguesía, especialmente los neonazis.
Igual que en Myanmar, iniciaron las protestas en el 2000 y tienen como resultado el derrocamiento de Slobodan Milosevic, a este acontecimiento le siguió la revolución de las rosas, en Georgia, la tierra de Stalin y en la que se han dado varios enfrentamientos armados con Rusia, por las mismas razones por las que están enfrentados con Ucrania. En el año 2004 llega el turno a la revolución Naranja, que fue el movimiento desarrollado por occidente en Ucrania y que tenía como objetivo impedir que Viktor Yanukóvich, asumiera el poder luego de su triunfo en elecciones libres en las que el pueblo escogió a este político.
Luego de la revolución naranja en Ucrania, el
infierno continúa en la Europa del este, todo dirigido desde Bruselas y
Washington. En el año 2005 materializan la revolución de los Tulipanes, en la
República de Kirguistán, también, ex soviética. Luego en este mismo año
levantan a las masas en el Líbano, a través de los movimientos de protestas
denominados revolución del Cedro.
Estos movimientos, considerados pacíficos, en el libro de Gene Sharp, fueron movimientos violentos, caracterizados por actos barbaros, deleznables, terroristas y, es que la táctica de los golpes blandos no es otra cosa que la violencia fascista neonazi envuelta en movimiento callejeros sin visibles armas de fuegos porque las hubo en casi todas esas revoluciones.
Estos movimientos se desarrollaron a la vista de
los dirigentes actuales de la Federación de Rusia, ellos, sabían que eran
revoluciones dirigidas y financiadas por occidente (EE. UU, UE y OTAN), más sin
embargo prefirieron mantener la colaboración con occidente, llamándolos socios,
en lugar de enfrentarlo con decisión y rigor.
Responsabilizar a Lenin, 92 años despues de esta
desgracia no debe ser la excusa a la que acudiera Putin. Es cierto que 30 años
atrás los rusos advirtieron a occidente (EE. UU, UE y OTAN), que si no paraban
su expansionismo hacia el este europeo las cosas iban a empeorar, bueno,
podemos aceptar eso como una medida de lugar, pero ¿Qué pasó luego de esas
advertencias? ¿estos apologistas de la guerra pararon? ¿continuaron de manera
clandestina el cerco en contra de Rusia?, no, no pararon, siguieron ante la mirada
complaciente del liderazgo de la Federación de Rusia.
Esto hay que profundizarlo a pesar de la máxima que
establece “el enemigo de mi enemigo es mi aliado circunstancial” desde una
posición valiente podemos asumir que, la culpa mayor de lo que sucede en el
este europeo es responsabilidad de la estrategia geopolítica y geoestratégica
de occidente, pero debemos establecer con la misma responsabilidad que, los
dirigentes de la Federación de Rusia, al mando de Vladímir Putin, no asumieron
con rigor las exigencias que hicieron 30 atrás a la OTAN y a los EE. UU,
para que detuvieran el expansionismo al entorno ex soviético.
No ignoramos todo y cuanto han hecho los rusos para
detener esta ofensiva diabólica, pero esto debería haberse definido más a
tiempo porque, dejarlos avanzar, como sucedió puso en riesgo la existencia, no
solo de Rusia, sino, de todo tipo de especies en el planeta tierra, ya que el
conflicto actual entre Rusia y Ucrania, aún puede desencadenar enfrentamientos
armados a grandes escalas y magnitudes que podrían derivar en el estallido de
la tercera guerra mundial.
Similares situaciones ocurrieron en Georgia,
especialmente en Abjasia y Osetia del sur que fueron ocupadas por Moscú en el
año 2008 por las mismas razones por las que hoy, han tenido que ocupar Crimea,
la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, viéndose
obligados a incursionar en el centro de la capital ucraniana Kiev.
Contemplativos o no los rusos observaron la diablura de occidente en Kazajistán, Azerbaiyán, Armenia, Letonia, Estonia, Lituania, Moldavia, Georgia, Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán, las cuales sellaron la materialización del cerco en contra de Moscú.
la integración a la ONU, de las antes citadas
Repúblicas, anunciaba problema porque esto se convertiría como el primer paso
para sus ingresos a la Unión Europea y su brazo armado la OTAN. No teníamos que
ser científicos de la política para pronosticar lo que hoy sucede entre Ucrania
y Rusia. ¿Qué explicación tiene el liderazgo ruso a la destrucción de la ex
Yugoslavia y a los bombardeos en 1999 en Belgrado? ¿Cómo podrían explicar ver
sin actuar el desastre humano en la guerra de los Balcanes? Es mejor buscar las
razones de esa complacencia en la debilidad de Rusia, luego del colapso de la
ex URSS y no buscarlo en la politica de Lenin, acerca de las naciones.
La desintegración de la ex Yugoslavia y la guerra
de los Balcanes, fue el resultado de la misma estrategia geopolítica
implementada por occidente en los demás países cercanos o aliados de Rusia. Lo
ocurrido en esta importante zona y las consecuencias que dejaron las
revoluciones de colores estuvieron concebidas para impedir la recomposición de
Rusia y para expandir el poderío militar, comercial y financiero del bloque
occidental.
La revolución naranja del 2004
en Ucrania, constituyó el eslabón primario que a lo largo del tiempo se ha
convertido en la espina que logró pinchar las relaciones entre Ucrania y Rusia
y que está a punto de pinchar el frágil globo que simboliza la deteriorada
tranquilidad mundial.
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