COLONIALISMO Y GOLPE DE ESTADO REVOLUCIONARIO, UNA
ETAPA DE GRANDES LUCES Y EXPLOSIVA ADRENALINA EN LA REPUBLICA DOMINICANA.
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COLONIALISMO Y GOLPE DE ESTADO REVOLUCIONARIO
Publicado 20 horas atrás
en 17 diciembre, 2021
Por Sebastián del Pilar Sánchez. -
En enero de 1969 el
Movimiento Popular Dominicano (MPD) celebró su histórica conferencia “Hilda
Gautreaux», donde planteó la táctica de alianza con todas las organizaciones de
oposición decididas a combatir al presidente Joaquín Balaguer, cuyo gobierno se
comportaba como enemigo de esa entidad marxista-leninista, consintiendo el
exceso de arbitrariedad ejercido en su contra por los organismos represivos del
Estado, sin que le perturbara las desapariciones de sus dirigentes Guido Gil
Díaz y Henry Segarra Santos, ni las muertes a tiros de otros emepedeístas como
Juan Castro Arias, Rubén Santana, Cristino Liriano Genao y Numitor Elpidio
Jiménez Sarnelli (Tito Monte), víctimas de la violencia incontrolable
procedente de la esfera oficial desde 1966.
En el documento
aprobado por los cuadros profesionales de ese partido, se exhortaba a los
líderes políticos a definir su perfil opositor y comprender la urgencia de
superar el régimen vigente, conformando con tiempo los mecanismos de transición
hacia una sociedad que expresara respeto por los derechos ciudadanos y acordara
realizar una reforma agraria que redujera la desigualdad social en el campo,
mediante la distribución de las tierras expropiadas a terratenientes, guardando
la debida consideración a los vinculados a su causa política.
El general Elías
Wessin en una rueda de prensa con periodistas de diferentes medios de comunicación.
Durante la
exposición de su objetivo, el MPD realizó diversas maniobras tácticas de
acercamiento a militares y grupos antibalagueristas dispuestos a imponer una
agitada situación social como la que estremeció la ciudad de Santo Domingo el
16 de enero de 1962, cuando el propio presidente Balaguer se vio forzado a
apartarse del poder y asilarse en la Nunciatura Apostólica, satanizado por la
tragedia del parque Independencia que costó la vida de cinco personas y dejó
varias heridas.
El partido de la
enseña rojinegra sumó a su oferta de cambio la transformación de sus
denominados “Comandos de Poder Popular” en “Comités Revolucionarios
Clandestinos (CRC)», que dejarían de actuar como entidades paramilitares
“dirigidas únicamente al ajusticiamiento de los verdugos del pueblo”, para
obrar como un frente de organizaciones anti-reeleccionistas batallando en
defensa de reivindicaciones sociales.
Maximiliano Gómez
(El Moreno).
A esos comités se
integrarían personas de todos los partidos para realizar actividades de
socavamiento de la autoridad pública y dar al movimiento unitario un carácter
político genuinamente opositor; en las escuelas, clubes culturales, centros
laborales y cuarteles donde pudieran moverse sigilosamente.
Según la dirección
emepedeísta, estarían allí “todos aquellos que estén dispuestos a luchar por el
derrocamiento del gobierno de Balaguer, que es la muralla que se levanta contra
las aspiraciones sociales del pueblo”, interactuando con la misma jerarquía y
desarrollando estrategias en conflictos sociales con un claro propósito
reivindicativo.
Colonialismo
ideológico orienta táctica política
Al tiempo que
reorganizó sus comandos para adaptarlos a la lucha unitaria contra el
continuismo balaguerista, la organización izquierdista establecida en el país
por el luchador anti-trujillista Máximo Antonio López Molina se ocupó de
enseñar a sus adeptos los fundamentos históricos de su táctica política,
tratando de neutralizar los efectos perjudiciales de la supuesta desviación
ideológica que le achacaba el Partido Comunista Dominicano (PCD) y otras
organizaciones de izquierda.
Esa labor teórica
de ilustración a sus seguidores, fue desplegada por su secretario general
Maximiliano Gómez Horacio (El Moreno), lanzando un reto a sus críticos
para que no continuaran esquivando el combate activo contra el régimen de
Balaguer y advirtiendo que sólo el MPD luchaba realmente por el poder.
El joven político
petromacorisano, de 27 años, explicó que su partido “se había trazado como
tarea principal en la presente etapa de la revolución dominicana, el
derrocamiento de la dictadura balaguerista, como paso imprescindible para
enfrentar al imperialismo norteamericano, el cual domina nuestro país en los
aspectos político, económico, militar y cultural a través de los gobiernos
oligárquicos, como lo es el actual régimen balaguerista”.
Afirmó que el MPD
había roto los clichés dogmáticos de la izquierda criolla al elaborar “una
versión nacional” del marxismo-leninismo, inclinada a “nacionalizar
la ideología del proletariado, que era la condición para lograr una combatiente
unidad revolucionaria” y “la única forma de construir instrumentos
efectivos de lucha” que contribuyeran a la caída de Balaguer,
producto de acciones políticas contundentes como promover huelgas efectivas,
incitar la rebeldía de los campesinos sin tierras y denunciar a los calieses.
El doctor Joaquín
Balaguer junto a Fernando Álvarez Bogart, José Osvaldo Leger, entre otros
colaboradores.
En un escrito
titulado “Análisis del debate ideológico en nuestro país”, publicado el 3 de
noviembre de 1969 en la edición No. 312 de la revista ¡AHORA!, Maximiliano
Gómez consideró que, en sus enfoques para valorar la realidad nacional, muchos
políticos y sociólogos criollos cometían el error de emitir juicios aéreos
cuando comparaban los niveles de desarrollo de países del tercer mundo y de naciones
industrializadas, y eso impedía una comprensión objetiva de sus
particularidades.
Puso de ejemplo a
Haití y Venezuela que se desarrollaban con acciones políticas y económicas
distintas; verificándose un notable crecimiento económico en la patria de
Bolívar, en el ámbito capitalista; que contrastaba con el atraso de los
medios de producción en la tierra de Dessalines (propio de la época medieval), aun
operando allí diversas empresas capitalistas del poder monopólico
En otro artículo publicado el
15 de diciembre de ese año, en la edición No. 316 de esa misma revista, el
dirigente político explicó en detalles el concepto de colonialismo ideológico
para resaltar que la izquierda concebía el marxismo como un recetario de
fórmulas acabadas para trasformar revolucionariamente el capitalismo y no como
un método de análisis científico; siendo esa la causa de su incapacidad para
construir una teoría marxista nacional.
General Juan
Velasco Alvarado y otros jefes militares del Perú.
El principal
dirigente emepedeísta reprochó a la izquierda “la tendencia a encontrar las
soluciones que históricamente el país demanda en las citas del camarada Mao
Tse-tung, los libros de Marx, Engels, Lenin, Stalin, y las aportaciones
teóricas de la revolución cubana, como si nuestras experiencias particulares
fueran materias primas que se necesitaran, para ser elaboradas”.
A su juicio, la
errada interpretación del marxismo y el pensamiento de Mao “ha traído al mundo
la peculiaridad práctica de la izquierda consistente en organizarse a sí misma,
dejando de lado al pueblo, y disputarse entre unos y otros el carácter de
“vanguardia del proletariado”, pasando por alto la disputa por quitarle el
timón del Estado a los reaccionarios, en el caso concreto, a Joaquín Balaguer”.
Omar Torrijos.
Maximiliano Gómez
explicó el “Colonialismo Ideológico” como el comportamiento individualista
de la pequeña burguesía enquistada en la dirección de las organizaciones
marxistas, que ha estado presente en la sociedad dominicana desde los días de
la independencia, impidiendo el desarrollo de una burguesía nacional que
derrote a la oligarquía y siente “las bases materiales para lograr su
dominación de clase”.
Golpe de Estado
Revolucionario
En el marco de su
táctica unitaria antibalaguerista, desde principios de 1969 el MPD comenzó a
penetrar los institutos castrenses, aspirando a que muchos de sus militantes se
formaran como cadetes y llegaran a ser oficiales, suboficiales y alistados con
conciencia democrática y con la capacidad de imponer en los cuarteles una
postura nacionalista como la de los soldados constitucionalistas en la guerra
de abril de 1965.
Esa determinación
permitió que algunos de los jóvenes formados en los “Comandos de Poder
Popular”, consiguieran ingresar a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional,
como reveló un exoficial del Ejército que fue miembro del MPD, a los asistentes
a una de las “Tertulias del Teórico” que se celebró en la terraza del club de
profesores de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) el sábado 30 de
marzo de 2019, bajo la conducción de los doctores Jimmy Sierra y Julio Aníbal
Suárez.
El objetivo era
incentivar la insubordinación en los cuartes para dar vigencia a la tesis de
Mao: “El poder nace del fusil”, articulando el proyecto del “Golpe de Estado
Revolucionario”, inspirado en la denominada “Revolución sin dictadura”, vigente
en Panamá.
El
coronel Donald Joseph Crowley.
En esa nación
caribeña, desde el 11 de octubre de 1968 se venía desarrollando un régimen de
“Libertad con orden”, destinado a moralizar el servicio público y hacer valer
su derecho de posesión sobre el canal interoceánico que conecta el océano
Atlántico con el Pacífico y posibilita la circulación de grandes embarcaciones
comerciales. Era la sublevación de jóvenes oficiales que derrocó al
célebre presidente conservador Arnulfo Arias Madrid -10 días después de haberse
juramentado-, dirigida por Boris Néstor Martínez Salazar, José Humberto Ramos
Bustamante y Omar Efraín Torrijos Herrera.
El MPD formularía
una propuesta golpista inspirada en la referida acción militar y la reforzaría
unos meses más tarde, animado por la instalación en Perú de un gobierno revolucionario
que el 3 de octubre de 1969 destituyó al presidente conservador Fernando
Belaúnde Terry, e impuso una junta militar encabezada por el general Juan
Velasco Alvarado, que dispuso la nacionalización de la banca y la expropiación
de los yacimientos petrolíferos de la provincia de Talara, usufructuados por la
Compañía internacional de Petróleo ((IPC), filial de la Standard Oil de New
Jersey.
Un instante de
ilusión colectiva
Hugo Eduardo
Polanco Brito
Después de los
acontecimientos descritos, el MPD formuló su tesis de “Golpe de Estado
Revolucionario”, la cual -de manera increíble- fue acogida con simpatía en un
amplio segmento de la juventud dominicana que se congregó durante la mañana del
25 de marzo (Miércoles Santo) de 1970 en la plazoleta Duarte de la ciudad
capital, para ofrecer su respaldo al «Comando Unificado Antireeleccionista de
Civiles y Militares», que se hizo responsable del secuestro del agregado aéreo
de la embajada de los Estados Unidos, coronel Donald Joseph Crowley -ocurrido
el día anterior en la cancha de polo del hotel Embajador- exigiendo las
siguientes condiciones para liberarlo:
1ro. La libertad de
21 presos políticos, entre ellos el secretario general del MPD Maximiliano
Gómez, esa misma mañana en dicha plaza, frente al Conventos de Dominicos, en la
calle Padre Billini.
2do. Que a la
entrega de los presos políticos estuvieran presentes allí (como garantía de
respeto a esa demanda) el arzobispo coadjutor de Santo Domingo, monseñor Hugo
Eduardo Polanco Brito; el rector de la UASD, doctor Rafael Kasse Acta y el
presidente de la Asociación Dominicana de Abogados (ADOMA), doctor Bienvenido
Mejía y Mejía.
Dicho comando
advirtió que Crowley sería liberado 10 horas después de la libertad de los
presos políticos y que, si en ese lapso uno de los liberados o cualquier
dirigente revolucionario era detenido o asesinado, se pondría en peligro la
vida del oficial estadounidense raptado. También exhortó al pueblo a hacer acto
de presencia en la plazoleta Duarte.
El poder de
convocatoria de los insurrectos desbordó todas sus previsiones, ya que millares
de jóvenes de ambos sexos, provenientes de todas las zonas de la capital
confluyeron allí, gritando a todo pulmón: “Golpe de Estado Revolucionario»,
según consta en la crónica publicada esa tarde por el periódico El Nacional,
firmada por el periodista Miguel Ángel Prestol, con el título: «Rechazan salga
RD el grupo del Canje».
Era una multitud
desafiante, sin miedo, que se movía alrededor de la estatua del patricio Juan
Pablo Duarte, voceando también: “Muerte al gringo”, «Si matan uno mataremos
cinco», «Muerte al Imperialismo» y «En Quisqueya y Vietnam los Comandos
vencerán»; creyendo que había llegado la hora de la caída estrepitosa del
gobierno de Balaguer, porque había corrido el rumor de que militares de San
Isidro, simpatizantes del general Elías Wessin, ejecutarían el mentado “Golpe
de Estado Revolucionario”.
La relación del MPD
con el ex hombre fuerte de San Isidro quedaría en evidencia tiempo después.
Específicamente luego de la muerte de su dirigente Roberto Figueroa (Chapó),
ocurrida el 7 de julio de 1970, a quien la Policía le encontró en uno de los
bolsillos del pantalón que vestía cuando fue emboscado, una carta dirigida a
una persona con el nombre de Ernesto, que hablaba de la conspiración del
“Turco” que había sido públicamente develada la noche del 30 de junio de 1971
por Balaguer. El MPD atribuyó su fracaso a que Wessin había creído “tener
suficiente gente solo y quiso adelantarse, joder a los otros y quedarse solo”.
Finalmente, la línea
política del MPD respondió a un esfuerzo de su secretario general por
“desterrar el colonialismo ideológico de las filas de las organizaciones
progresistas y revolucionarias”, partiendo del criterio de que “el curso
histórico de nuestro país es reflejo directo de las condiciones socioeconómicas
de la sociedad dominicana, y por tanto, los conceptos teóricos de los clásicos
del marxismo sólo pueden servir de guías indirectos para la acción
revolucionaria, pues los guías directos de la misma tienen que brotar de la
síntesis de nuestras particularidades históricas”.
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